Estuve hablando con unos amigos sobre tener ese sentido de pertenencia al
"espíritu de equipo", en nuestro mundo que es tan individualista y egoísta, se ha ido extirpando sutilmente este gran valor que informa la historia de la humanidad, solo ciertos personajes excepcionales aún lo mantienen.
En un seminario escuche hace poco que cuando hace algunos años unos chilenos subieron a uno de los montañas más altas del mundo hubo un equipo de cómo 15 personas y sólo 2 llegaron a la cima del monte, algunos recibieron amputaciones por el frío e incluso hubo un fallecido en el camino hacia la cumbre del gran monte. Cuando entrevistaron a uno de estos hombres y le preguntaron si no se sentía mal ya que perdió algunos dedos de su pie y ni siquiera pudo llegar arriba, entonces el hombre se enojo y los retó ya que él si habia llegado arriba, claro era PARTE DEL EQUIPO,
uno más de UN TODO, cada uno de los valientes deportistas tenían algo claro en sus mentes tenían un espíritu de equipo
si fracasaban, TODOS lo hacían, pero si ganaban, ganaban TODOS. Eran un equipo, una familia o una comunidad.
Esto me recuerda un poco a la Iglesia cristiana en sus inicios muchos discípulos murieron a espada, otros apedreados o incluso crucificados, pero siempre había alguien que podía pasar la verdad a la nueva generación, ni leones, filósofos, monarcas, emperadores, ni inquisidores pudieron con este superequipo no había deseos personalistas ni tiempo para frivolidades o discusiones doctrinarias, solo había una misión conservar la Palabra de Dios y pasarla a la nueva oleada de cristianos. Podía ser en una catacumba romana, en un barco o en una cárcel inglesa no importa, si uno lo lograba
TODOS GANABAN, si un alma veía la luz
TODOS SE GOZABAN (y nos gozamos).En un momento parecía que todo el ejército de las tinieblas caía sobre el pobre mortal, pero si estaba sincronizado con Dios y con su equipo no podía fallar, y además el mismo Dios se encargaba de esa misión. Cómo un ejército presentándose al campo de batalla, no con sed de sangre ni con estandartes humanos, si no para presentar batalla a las huestes del maligno con nuestros escudos listos llenos de fe y confianza en nuestro Señor, ni las mismas saetas del infierno pueden contra eso.
"…Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros.
De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.
Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en parte. "
1 Corintios 12:24-27
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